Este
post puede quizá tomarse como la continuación del anterior, en el caso
específico de las relaciones amorosas. Escribiré esto desde la perspectiva
de una mujer que está soltera desde hace tiempo y que, créanme, no está
desesperadamente buscando novio. Si usted está en las mismas que yo, esto es
para usted; pero si usted está cuadrada con alguien, esto también le ayudará
mucho.
Dejémonos
de pendejadas. Hay muchas mujeres que a pesar de estar totalmente conscientes
de que no somos las más feas o las más de malas, en algún momento nos sentimos
así. Vemos que nuestras amigas (y amigos) están cuadradas, comprometidas, a
punto de tener descendencia y mientras tanto nosotras andamos solas como
champiñones. Las razones son muy diversas, desde que nuestro último "peor
es nada" nos dejó de psiquiatra hasta que no pescamos ni un resfriado.
Pero no se confundan, queridas lectoras, que no pretendo arreglarles la vida
amorosa ni aconsejarles cómo salir de la soltería, sino desmitificarla un poco
y ayudarles a que se relajen.
Primero, ¿tenemos que sentirnos mal por
estar solteras? NO. La
soltería en vez de ser ese momento en el que usted envidia a sus amigas y
lamenta su mala suerte debería ser el momento en el que usted se goza más su
vida. Permítame explicarlo más a fondo. Cuando usted no anda con nadie su
tiempo, sus energías, su dinero son suyos, completamente suyos, y usted verá
como los administra. Si se quiere pasar todo el día viendo películas sin
bañarse junto a dos litros de gaseosa y muchos snacks, es su problema. Además,
mientras otras están englobadas pensando en las de... su novio, usted puede
concentrarse en su carrera/trabajo y en las cosas que realmente le interesan.
Así que aproveche para anotarse en ese curso que le llamó la atención, vaya a
comer a su restaurante favorito sola, organice reuniones con sus amigas (de
preferencia solteras) y cómprese ese bolso con ese vestido que tanto le gustó.
Segundo
mito: ¿se acabaron los
hombres? TAMPOCO. No se
desespere. No se pegue del primer estúpido que le dice "hola, qué bonita
estás" solo por no sentirse sola. Mejor dicho, no se conforme con un
tibio como Mr. Collins cuando Mr. Darcy puede estar esperando por usted en
medio de la lluvia (se me salió mi lado romanticón, disculpen). Estando
soltera, tómese su tiempo para determinar sus estándares de calidad en cuanto a
hombres y nunca los baje, por el amor de Dios. Y por favor, no sienta que por
llegar a determinada edad sola se le pasó el tren del amor y se tiene que
quedar junto a su mamá tejiendo edredones, joder, que no estamos en el siglo
XIX. Cuando uno toma la decisión de estar con alguien solo por no estar sola,
casi siempre se terminan mal las cosas y uno acaba con una tusa estratosférica
por no saber escoger. Fresca, uno casi siempre está en la posición de escoger.
Ahora,
ya que usted escogió a su próxima víctima se preguntará: ¿tengo que cambiar mi manera de ser
para que se fije en mí? DE
NINGUNA MANERA. No faltará el hombre de cromañón que nada más al verla la sitúe
en una categoría: la zorra, la machorra o la "que vale la pena".
Permítame ahondar un poco en esta categorización. La zorra, según ellos, es la
chica de escotes y minifalda, la de brillos, maquillajes y lentejuelas, la
coqueta, la que les cae sin agüero, la de solo una noche. La machorra, para
ellos, es la que solo tiene amigos hombres, la que viste con prendas
masculinas, la que se comporta “igual” a ellos, a la que tratan como “uno de
los chicos”. Sobra decir que nunca a estas dos las tomarán en cuenta para una
relación, o al menos no una seria. Hay otras dos categorías que no mencioné
anteriormente, la intelectual y la alternativa o chocoloca. A estas dos tampoco
las tendrán en cuenta, a la primera por ser para ellos “demasiado intimidante”
y a la segunda por ser “demasiado imprudente y loca para su gusto”. Y bien, ¿cuál es la que si vale la pena según
estos neandertales? Si usted le pregunta a cada uno de ellos, cada quien le
dará una opinión diferente, y lo que reflejan con sus deducciones es que no
tienen la menor idea de qué carajos quieren en una mujer, entonces no
deberíamos tenerlos en cuenta. Para esta servidora todas las mujeres en
nuestras diferentes maneras de ser valemos la pena, no solo por ser mujeres
sino por el simple hecho de ser seres humanos. Y para mí, un hombre que me
juzga o me pone en cierta categoría solo por el hecho de vestirme o actuar de
alguna manera, es un hombre que no vale la pena y es un hombre que descarto
desde el vamos. No me interesa un hombre por el cual yo tenga que modificar mis
vestuarios, mis gustos, mis pensamientos, etc, porque el día de mañana ese
mismo hombre pretenderá que cambie también mis valores y mis principios. De
mejores fiestas me han echado.
Por último,
¿es cierto que para sentirme bien tengo
que tener a alguien a mi lado? NO, Y MIL VECES NO. Me enerva que revistas,
programas de televisión, películas y personas a mi alrededor perpetúen el mito
de que cuando encuentre a mi hombre ideal y me case con él seré por fin
completamente feliz por siempre jamás. Olvídese, si usted no se siente bien
consigo misma y no disfruta de su soledad, nunca va a sentirse bien con otra
persona, no será feliz ni mucho menos lo hará feliz a él. Entonces relájese, conozca
mucha gente, bese sapos, y si es muy atrevida tenga aventuras de una noche,
haga todo lo que puede hacer mientras está soltera, que no le va a durar toda
la vida, se lo aseguro. Por otro lado, aumente su autoestima, tenga muy bien
abiertos sus ojos, no se regale y si en algún momento llega el que para usted
es el indicado, go for it! Sin mente.