jueves, 8 de octubre de 2015

Estupideces que hacemos por amor.

Puede que usted sea la versión chibchombiana de Miranda Hobbes (antes de Brady, por supuesto), pero ha de admitir que al menos una vez en su vida se enamoró, o creyó estar enamorada, lo que para el caso es lo mismo. No me dejará mentir cuando afirmo que todas nosotras hemos cometido uno que otro “pequeño errorcillo” (eufemismo para tremendo cagadón) cuando de demostrarle afecto, o no, a nuestra pareja se trata. Y lo peor es que usted no quería abrir al man, sino que hizo todo con conocimiento de causa. 

Como en este cochino blog nos encanta burlarnos de sus desgracias (y de las nuestras, claro está), en esta ocasión queremos regalarle una lista de las peores estupideces que TODAS hemos hecho por amor. Aquí se la dejamos para que se acuerde, diga mea culpa y se dé golpes de pecho, o en el mejor de los casos, se ría de usted.


1. Involucrarse demasiado rápido. ¿No le ha pasado que conoce a alguien y usted solita empieza a armarse unos videos impresionantes en su cabeza cuando el tipo ni siquiera ha pensado en invitarla a salir? Aunque claro, no ayuda mucho si el personaje le colabora con el delirio haciéndole promesitas que ni la abuela de los Power Rangers se cree. No llevan ni quince días saliendo y ya se aman y se van a casar. Ay, por Dios. Ahora, todos conocemos la historia de la pareja que se enamoró en menos de nada y son muy felices hasta el día de hoy, pero no se confunda, mi querida amiga. Ellos son la excepción, nosotras somos la regla.

2. Hablarle como retrasada. Sí, le estoy hablando a usted, señorita que le puso un apodo cariñoso a su novio, tanto que el tipo le ha rogado de todo corazón que no le diga así en público. O a usted, la doña que edulcora su voz cuando está con él a tal punto que ya no es agradable y parece un pitido. Suficiente ilustración.

3. Dedicarle canciones impublicables. Ni modo. Cuando usted está poseída por el espíritu del amort, hasta la canción más ñuca le recuerda al personaje en cuestión y le dibuja una ridícula sonrisa en la cara que hasta el busetero la ve con cara de WTF. Entonces, melodías que hasta hace unos meses le parecían bazofias detestables como “sabes que estoy colgando en tus manos” hoy le parecen lo más hermoso del mundo. Y luego va y se las manda al tipo por Facebook, en privado para que nadie se dé cuenta de la dudosa calidad de sus gustos musicales. Lo peor es que si el susodicho está tan llevado como sumercé, quedará encantado. Ay, Jebús.

4. Dedicarle canciones que no se le regalan ¡A NADIE! Es muy común, sobre todo cuando uno tiene poca experiencia sentimental, andarle dedicando al tipo cuanta canción bonita de amor se acuerda que existe sobre el planeta Tierra. En el momento, no le ve nada de malo, el problema viene cuando usted se la ha pasado seis meses de su vida desperdiciando las canciones más desgarradoras en un filipichín que solo se ha limitado a decirle en todo ese tiempo que “no está preparado para algo serio”.
Nota mental: reservar Venus, de AIR, para un chico verdaderamente especial.

5. Revisar su WhatsApp cada cinco minutos a ver si al gamín ese le dio por acordarse de usted, así sea para mandarle un meme de esos que de tan poco chistosos dan lástima. Y otras maneras de ser intensa que usted ya conoce y no me hace falta mencionar.

6. Quedarse hablando con su novio en el chat hasta las 3 am acerca de ABSOLUTAMENTE NADA. Porque, como diría mi viejo, “bueno es culantro, pero no tanto”. Ese es un valioso tiempo que usted jamás en la vida va a recuperar.

7. Imaginarse cómo serían sus bebés en caso de tenerlos con “la cosa esa”. Dejémonos de pendejadas. Aquí no importa si usted quiere o no tener hijos, hermana. Si está con una traga de aquellas, sus ideas feministoides de “yo no necesito un hombre para ser feliz” se verán poco a poco y sin que se dé cuenta modificadas por imágenes idílicas de la casa soñada, el marido perfecto, los dos hijos y el gato, con música de Corín Tellado de fondo. En un caso muy extremo, incluso ya bajó la aplicación que une su foto con la de él y le da una idea estimada de cómo será su bodoque. Si ya lo hizo, desde este espacio quiero rogarle un favor: NUNCA, JAMÁS le muestre esa imagen a su peor es nada. No le haga ese mal.  

8. Rogarle al tipo. Pedirle más cuerda a alguien que claramente ya no está interesado en usted no solo es estúpido, sino es un atentado a su dignidad. Si se le hacen conocidas frases como “no tengo tiempo”, “tengo mucho trabajo”, “necesito enfocarme en mis proyectos”, “me voy a la punta del mundo en unos meses” ¿qué hace ahí? Querámonos un poquito, ole.

9. Llorar. Sí, esto desahoga y hace que uno eventualmente se sienta mejor, pero, ¿por qué reaccionar así frente a cada cosa que diga o haga el sujeto ese? Peor aún, el llanto anticipado ante la posibilidad de terminar. Ahí está usted, berreando como magdalena mientras el otro de seguro está cagado de la risa pensando que aquí no pasó nada. Un consejo: si tiene que hacerlo al frente de él, si ya le tocó, procure tenerle la suficiente confianza como para prever que el día de mañana no se lo vaya a echar en cara.

10. Quedarse ahí cuando es evidente que es mejor echarle tierrita al asunto.

Para el final les dejo la que, a mi juicio, es la peor tontería de todas. Tener miedo a involucrarse. Porque puede que a usted le hayan roto el corazón ene mil veces, pero tenga en cuenta que no todas las personas somos iguales, si así fuera, ¿cuál es el chiste en escoger?. Ojo, que no le estoy diciendo que se le bote en plancha al tipo a la primera, sino que baje la guardia un tris. El pobre hombre que acaba de llegar a su vida no tiene la culpa de todo lo que le hicieron el resto de chiflamicas, así que quítese los guantes y pásela rico mientras este no pele el cobre. Si la vuelve a embarrar, ¡qué carajo! nadie le quita lo bailado. Y si se enamora y vuelve a hacer estas tonterías, fresca, no se sienta mal, góceselo mientras la haga feliz.

1 comentario:

  1. Claro que si alguna vez lo hemos hecho, y tienes toda la razón no por eso debemos cerrarnos a nuevas experiencias - ojo el cura predica pero no se lo aplica- pues este es círculo de la vida.

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