sábado, 25 de enero de 2014

Guía para asesinar una relación.

Formulemos el siguiente caso hipotético. Usted lleva x tiempo saliendo con alguien, pero está cansado de su relación. Cada vez que esta persona lo/a busca, lo/a llama o se encuentran, para usted es un verdadero calvario. Las razones pueden ser muy diversas, por ejemplo que usted ya tiene su arrocito en bajo por ahí, que sus expectativas de vida no son las mismas de su pareja, o simplemente que la cosa no dio para más. Si este es su caso, en este post le daré algunos consejos bastante útiles para asesinar su relación con total éxito. Si los sigue religiosamente, le aseguro que en menos de un mes volverá con felicidad al “mercado del usado”.


500 Days of Summer.

1. Gente melosa, gente peligrosa.

Cada vez que esté con su pareja, conviértase en la versión chibcha de Barney y Hello Kitty juntos. Háblele chiquito, es decir, como le hablaría a un bebé o a su mascota. Si le es muy difícil, empiece con un apodo “cariñoso”, preferiblemente refiriéndose a algún animal, y siempre con diminutivo. Aquí le tengo unas ideas: “papi/mami”, “reinita”, “príncipito”, “osito/a”, “gatito/a”, “patito/a”, “perrito/a”, “zorrito/a”, etc. 

Dígale que de ahora en adelante van a celebrar meses de novios (awww, que tierno), y la próxima vez que cumplan mesecitos, vaya a la miscelánea más cercana y compre la tarjeta más ñeque que consiga, recuerde que entre más grande sea, mejor (para que la pegue en su cuarto, se le va a ver divino). Si combina esta tarjeta con el muñeco de peluche y el chocolate marca gato está hecho/a. Por favor, consiga el matacho más inmundo que pueda. 

Ahora, complemente esto con imágenes cursis de Facebook que deberá poner en el muro de su novia/o todos los santos días, bien fáciles son de conseguir, y/o con canciones bien perratas, busque en google "canciones de amor" para inspirarse. Acto seguido, añádales poesía barata “de su inspiración” (preferible que se note a leguas que usted no escribió eso).  

Deje la pena de demostrar su amor en la calle. Vuélvase todo un pulpo. Abrácela/o todo el tiempo, bésela/o, tóquele sus partes nobles, y no se sorprenda si en más de una ocasión les gritan: “¡páguele motel!”

Si esto no es suficiente para que su pareja le mande a su casa una serenata en moto, es porque el individuo en cuestión es igual de guiso/a que usted. Rehabilítese.

2. Sea el ser más intenso sobre la faz de la tierra.

Llame a su “peor es nada” cada cinco minutos, y por supuesto para hablar de cosas intrascendentes. Frases como “¿qué haces?”, “te extraño”, o “¿por qué no me has llamado?” le serán de gran ayuda. En sus llamadas póngase en modo meloso o peleón, como sumercé prefiera, ya hablaremos de lo último más adelante. También se vale mandarle mensajes de texto cada veinte segundos y enojarse cuando no le responda a la misma velocidad, o si su economía lo permite, usar Whatsapp para este fin (lo mejor es que hasta más barato le sale).

Exíjale que se vean TODOS los santos días, aun cuando tanto sus actividades como las de su pareja no se lo permitan. Acompáñelo/a a todas partes, a hacer popó, a sacar al perro, hasta a la cita con el psiquiatra, a quien de seguro su pareja a estas alturas habrá empezado a ver. Eso sí, procure que cada vez que se vean hagan lo mismo, siempre, tomar y tirar es una buena opción. Esa mezcla soporífera entre rutina e intensidad mata relaciones a la velocidad del rayo.

Si esto no funciona, entonces su novia/o es una/un intensa/o de lo peor, y seguramente eso es lo que a usted le tiene harto/a.

3. Vuélvase stalker profesional.

Es bien sabido por todos que las redes sociales son caldo de cultivo para los acosadores, pues a través de estas se conocen la vida, obra y milagros de prácticamente todo el mundo. En ese orden de ideas, usted deberá “pedirle respetuosamente” a la cosa esa que le dé las claves de absolutamente todo: Facebook, Twitter, Instagram, Hotmail, todo. Hágale show si se niega, y acto seguido, hackéela/o. Asegúrese de revisar todo el tiempo la vida virtual de su novio/a, y de hacérselo saber. Violentar la privacidad e intimidad de su pareja será su boleto seguro a la soltería, y agradezca si de paso no le mandan de paseo a Sibaté.

4. Oficina de peleas y reclamos.

Todos los anteriores pasos serían débiles sin este que es bastante divertido… de ver, porque vivirlo es un martirio.

Búsquele a su novio/a pelea por todo. Desate una tormenta en un vaso de agua cada vez que pueda. Si ya siguió los pasos anteriores, encontrar un motivo no le será difícil. “No me pones la suficiente atención (tengo una vida, cosa que al parecer usted no tiene)”, “has cambiado mucho” (pues claro, si usted se volvió un fastidio, ¿qué esperaba acaso?), “no te gusta besarme delante de la gente”, “¿dónde están el peluche y la tarjeta que te regalé? (en el basurero de doña Juana)”, “ya no le das like a lo que publico en tu muro (pero a ver, solo me publica estupideces)”, “no te importa nada de lo que te digo, me dejas en visto y nunca me respondes (me mandó el mensaje hace dos minutos, joder)”, en fin.

Célele hasta con la familia. Cuando le vea hablando en la calle con alguien, haga show delante de esa persona (que seguramente se quedará pensando en qué problema mental tiene usted). Cada vez que alguien del sexo opuesto le escriba en Facebook hágale un espectáculo digno de culebrón y diga frases insultantes como “¿quién es esa perra/ese HP?”. Peor aún, escríbales a todas/os las/os amiguitas/os del susodicho que están poniendo en peligro su relación, que apela a su entendimiento para que ellas/os mismas/os decidan no volver a cruzar palabra con él/ella. Eso sí, no se le haga extraño que le manden a tomar Valium.

Haga esto por teléfono, por redes sociales (si es en el muro para que todos lo vean, mejor) y ¡de frente!

Avergüence a su pareja en público. Hay una dinámica para hacerlo que le será muy fácil de ejecutar. Digamos que su novio/a le reclama (con justa razón) por teléfono que usted se haya metido en su correo electrónico sin su permiso. Concrete una cita con él/ella para verse en el lugar más concurrido posible y conversar sobre el asunto. Si le es posible, tómese unos cuantos aguardientes antes, para que se le quite la pena y de paso para que llegue a su cita con un sexy aliento etílico que hará que su pareja se muera por besarle (si, como no). Estando ahí, grite, llore y patalee. Para que la escena le salga más natural, le recomiendo que tome clases con Itatí Cantoral en su famoso papel de Soraya Montenegro, busque en YouTube la escena de “maldita lisiada” y sabrá exactamente lo que tiene que hacer. Si le salen los alaridos igualitos a los de Soraya y su pareja no le manda de una patada en el trasero a Pekín, es porque le tiene lástima, y en ese caso lo lamento por usted, porque la lástima es el peor sentimiento que puede producir un ser humano.

5. Pórtese como una mierda.

Comience por mentir, pero no de una forma sutil. Mienta como si nunca lo hubiese hecho en la vida, para que a su pareja le quede claro que usted le está tomando por imbécil.

Señálele todo el tiempo sus fallos, sean ciertos o no. Pero no lo haga amablemente. Sea lo más hiriente que pueda. Hágale sentir que es menos que una piltrafa todo el tiempo. Para mayor efectividad pásele sus otras conquistas por la cara.

En la cama sea egoísta y desconsiderado/a. Haga de cuenta que no ha visto a alguien del sexo opuesto en veinte años y pídaselo todo el tiempo, hasta en el funeral de su abuelita. Ya cuando estén en la cuestión, si es hombre piense en todos sus encuentros sexuales como si fuesen un quickie; no se ponga en el plan de precalentamiento, métaselo por un ladito, véngase en cinco minutos (o finja) y póngase a roncar. Si es mujer no mueva un solo dedo, deje que todo lo haga su pareja, adopte la posición de "la vaca muerta" y ni se moleste en fingir que lo disfrutó. 

Ignórele. Deje de buscarle, de escribirle y de llamarle. No le conteste el teléfono, o si le contesta, dígale que está muy ocupado/a y que le llamará más tarde, pero nunca lo haga. Cada vez que le escriba por Facebook déjele en visto y no le responda (o vea el mensaje pero márquelo como no leído). Si se encuentran en algún lugar por casualidad, aduzca que tiene muchas cosas que hacer y no prolongue el encuentro más de 10 minutos.

Si después de un tiempo el tipo/la vieja no entiende el mensaje, es porque tiene un severo problema de autoestima. Entonces aconséjele de una manera sutil que consulte con un psicólogo y regálele una pastilla de Ubicatex que le saque del país de las maravillas en el que anda. Más claro que el agua no puede ser.

Conclusión y aclaración:

Si después de haber hecho todo lo anterior esa pobre persona no capta que lo que usted busca es aburrirle a como dé lugar, haga lo que debió haber hecho desde el principio. Tenga las pelotas/los ovarios bien puestos en su sitio y háblele claro, dígale EN SU CARA, jamás por teléfono y menos por redes sociales o correo electrónico, que no quiere seguir manteniendo esa relación. Tenga muy claro qué es lo que quiere, porque es muy probable que cuando le extrañe y quiera volver, el otro no quiera saber nada de usted. Cítele en un sitio discreto y exponga de manera concisa sus razones para terminar el vínculo, y espere su reacción, pero sea muy incisivo/a en decirle que no quiere continuar a su lado, no vaya a ser que le coja por el lado débil y le haga tambalear. Por favor, NO siga mis anteriores consejos, no haga a otros lo que no le gustaría que le hicieran, no le haga perder su tiempo ni le amargue la vida pendejamente a alguien que tal vez ni tiene la culpa de que usted ya no le quiera.

Ahora, si lo que quiere es conservar su relación, ¡no siga ninguno de mis consejos y asunto arreglado!

Ya que leyeron este chorrero, coméntenme sus experiencias respecto a esto. Si se me quedó alguna cosa sin mencionar, háganmelo saber por este medio, o por donde se les dé la gana.

facebook.com/RadioMiseria

martes, 7 de enero de 2014

Au revoir, 2013.


Antes de hablarles de psycho freaks, gente imbécil, música, política, economía, filosofía barata y demás cosas que se me van ocurriendo en el momento, quisiera que me acompañaran a hacer el recuento del año que pasó. No encontrarán acá las noticias más significativas del 2013, para eso vayan a algún portal importante de noticias, pues de seguro han de conocer muchos. Lo que si encontrarán es, en exclusiva, anécdotas y cosas que le ocurrieron mes a mes a alguien normal en este año, alguien como cualquiera de ustedes, sin ínfulas de Kim Kardashian (ewww!).

Enero

Fue un comienzo difícil, pues a finales de este mes y en menos de una semana perdí muchas cosas que me eran valiosas. Renuncié a mi trabajo porque supuestamente iba a comenzar la universidad, pero no pude estudiar por falta de dinero, como quien dice me quedé sin el pan y sin el queso. A raíz de esto, se tensionaron un poco las relaciones con mi familia. Como si esto fuera poco, mi novio de la época me echó, y fue tenaz aunque eso ya era la crónica de una muerte anunciada. A todas estas, ya puedo decir sin temor a equivocarme que ya llevo un año sin novio, y todavía no ando desesperada en busca de uno, cosa que es rara en mí, pero me gusta. Y tras del hecho, me robaron el celular de la forma más pendeja posible, ¿así o más salada?

Febrero

Al ver el panorama tan negro, decidí auto exiliarme y pasar una temporada en Venezuela visitando a mi gran amiga, a quien llamaremos La Negra. Monté en avión, y después de 24 largos años por fin conocí el mar. Es curioso, no conozco el mar de Colombia, pero si el de la "hermana república bolivariana". Y me tiré el paseo porque me enfermé, joder. Pero a pesar de ello, la pasé del carajo en ese mes, aprendí mucho sobre carros (no sabía un carajo) y aterricé en muchas cosas importantes que al estar aquí no valoraba tanto: mi mamá y mis hijas. Además, me pateé en vivo y en directo la muerte de Chávez, y me di cuenta por enésima vez cuan parcializados son los medios colombianos, pues la situación en el vecino país no es para nada como nos la cuentan acá, al menos no como la viví estando allá. Lo único maluco fue que en Cúcuta de regreso me robaron mi cámara profesional. 

Marzo

De vuelta a la realidad. Pensaba quedarme en Venezuela hasta inicios de abril, pero una situación en mi casa me obligó a regresar antes. Una de las desventajas de ser mayor de edad en el momento que ya no sirve para nada, es tener que hacer cosas que uno no quisiera hacer, por ejemplo, firmar las escrituras de la venta de la casa donde uno pasó los mejores años de su vida al lado de sus padres. Es decirle adiós definitivamente a todos los recuerdos, mandar al diablo seis años de tu vida, quedarte solo con fotografías y memorias... 

Abril

Happy Birthday to me! Este mes estuvo marcado por la llegada a mi vida de alguien del pasado y su pronta despedida. Además porque quitamos la alfombra horrible del apartamento y pusimos piso bonito.

Mayo

En este mes me confirmarían que volvería a estudiar, cosa que cambió totalmente el panorama. A ponerme juiciosa a hacer las vueltas para volver a la universidad.

Junio

Aquí mi mamá junto con una amiga suya se puso las pilas y puso en marcha su negocio. Como yo andaba desprogramada, me iba a ayudarles y de paso trabajaba en mis propios proyectos, de los cuales luego les contaré.

Julio

Llegó La Negra de Venezuela y nos pusimos de ruana Girardot y Bogotá. Nos pasaron un montón de cosas, pero lo que sucede acá, acá se queda. De resto, me la pasé descansando y recargando baterías para volver a la U.

Agosto/Octubre

Back to school! Agrupo estos meses en un solo párrafo porque prácticamente fueron la misma cosa desde que entré a estudiar: de la casa a la universidad y de la universidad a la casa. Adiós dormir hasta tarde, adiós vida social, adiós fines de semana de pereza... A meterle la ficha a las entregas y al terminar a las 3 am (porque siempre dejo todo para última hora, debo reconocerlo) seguir derecho para llegar a clase de 7. Y en ese corre corre estuve todo el tiempo. Ahora, si me di mis periodos de "esparcimiento", especialmente en Halloween cuando me disfracé del Chómpiras y de Daria. Las fotos mejor las dejamos para otra ocasión.

Noviembre

Nació mi sobrina Elizabeth, la hija de mi mejor amiga. Y terminé la universidad con uno de los mejores promedios que he tenido en mi carrera. No voy a negar que estuve muchas veces a punto de tirar la toalla, pero al final comprendí que esos esfuerzos extras que a veces de ñoñez se hacen bien valen la pena. Gracias a mi promedio me aprobaron la solicitud de doble programa, así que ahora soy aspirante a maestra en artes plásticas e historiadora del arte. Disculparán la cursilería, pero es bonito ver como los sueños que uno creía perdidos regresan. 

Diciembre

Seguí como todos los años vomitándome en la navidad. Y no viajé.

Querido 2014: te recomiendo especialmente que si vas a seguir mandándome mierda, que al menos esta huela de mejor manera y sepa mejor que la del año pasado. Yo veré.



No quería despedir el año sin antes agradecerle a todos los que siguen religiosamente este blog, a pesar de mi falta de constancia al escribir. Prometo que lo haré más seguido en 2014 y tendrán muchos posts para que sigan regurgitando, hasta de pronto les cuente con más detalle algunos puntos que toco por encima en este post. 

Ahora si, au revoir, 2013!

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