viernes, 19 de septiembre de 2014

Dedicatorias extrañas.


Ya que estamos en el mes del amort y la amistá (un amigo mío lo utilizó hace un año y no pude evitar copiarme), me he permitido regalarles un especial de varios posts con aquellas canciones que han hecho parte de varias etapas de mi vida sentimental. Así que en esta ocasión les invito a que compartan conmigo las canciones más bizarras que me han dedicado, ya sea por su contenido o por el contexto. Aquí vamos.

5. La Parte de Adelante - Andrés Calamaro


Recuerdo que hace muchos años, hablaba con un tipo por teléfono y me puso esta canción, decía que me la dedicaba por mis senos. Lo extraño del asunto, es que yo tenía escasos 11 años, y no era que los tuviera muy grandes. Por supuesto, con el paso del tiempo, esto no cambió, quienes me conocen en persona saben que se los heredé orgullosamente a mi papá (risas editoriales). Tiempo después, supe que la canción no se refería a las tetas, sino a otro lugar, cosa que haría el asunto aún más escabroso.

4. Me Gustas - Joan Sebastian


Resulta que cuando estaba en séptimo grado, tenía por ahí un enamorado bastante peculiar. Tan peculiar era que le decían "Pesadilla". El tipo me mandaba carticas con altas dosis de azúcar, bien cursis. No recuerdo qué decían pero sí que en una de ellas me dedicaba esta canción, y recuerdo también que quedé con cara de "what?". Nunca llegué a tener nada con el personaje, y tiempo después estaría gritándole "páguele pieza" al verlo encima de su novia detrás de la piscina del colegio.

Escúchela bajo su propio riesgo de sufrir un coma diabético.

3. Caramelos de Cianuro - Retrovisor


Poco antes de graduarme del colegio, empezó a caerme un amigo de unas amigas del salón. Yo nunca le paré bolas, pero el tipo estaba convencido de que yo moría por él y tiempo después cuando se consiguió una novia, juraba que yo me moría de los celos. Seguramente, como yo no le ponía demasiada atención al asunto, un día cualquiera me puso esta canción en la emisora del colegio, que manejaba mi salón, por cierto. Lo WTF de la cuestión fue que nosotros jamás tuvimos nada, y como siempre afirmo, para ser parte del pasado de alguien primero debes ser parte de su presente, pero en fin. El personaje resultó luego cuadrándose con una amiga mía, y por x o y la cosa no prosperó. 

Debo decir que es la canción más decente en este conteo, y que agradezco al personaje que me la dedicó por mostrármela. 

2. Un poco de patos - Mayor Que Yo


Unos días antes de mi grado, una amiga mía me presentó a su primo. Inmediatamente hicimos click y empezamos a coquetear descaradamente. La noche de mi grado, resultamos en un andén tomándonos media de aguardiente entre los dos, ah cosa más decadente, y luego se concretó nuestro cuento, nos besamos. El chico era muy agradable, pero tenía un pequeño problema... no, no me refiero a su pene, sino a sus gustos musicales, cosa que se haría evidente cuando me dedicó esta canción. Sí, yo era dos años mayor que él. Las cosas con el tiempo se enfriaron y luego me mudé a Bogotá, entonces el pobre muchacho se quedó con las ganas. Oops.

Escúchela, pero no me hago responsable de sus incontrolables ganas de vomitar.

1. Kiss - Forever


Hace unos pocos años, me reencontré con un chico del colegio con el que había cierta atracción pero por uno u otro motivo no se habían dado las cosas para que tuviésemos algo. En esa ocasión "el universo conspiró" y nos cuadramos. Lo extraño fue que a los 15 días ya me decía que me amaba y que quería concretar una vida conmigo, bastante sospechoso. Entonces, él tenía la costumbre de enviarme cada noche una o dos canciones, entre ellas mucho glam rock. Cuando cumplimos un mes, me dedicó esta canción. Lo chistoso del asunto es que "Forever" no fue tal, al poco tiempo el personaje tuvo una epifanía y se dio cuenta de que yo era demasiado "imprudente y loca para su gusto". Jajaja. 

Y a ustedes, ¿qué canciones les han dedicado que en vez de suspirar les han provocado cachetear a su peor es nada? Coméntenmelo por acá, por Facebook, o por donde gusten.

Esperen pronto la segunda parte de este "amoroso" especial.

domingo, 25 de mayo de 2014

Elecciones presidenciales en un remedo de país.

Este post va dedicado con mucho amort para los paladines de la conciencia política… en Facebook.



Hace algo más de una semana, me encontraba en el concierto de Calle 13 que organizó el Canal Capital en la Plaza de Bolívar, lugar más que significativo para Bogotá. Me llamó mucho la atención el montón de jóvenes que, aglomerados, gritaban cosas en contra del gobierno. Arengas por delante, arengas por detrás, arengas a los lados… No era cosa de la cual sorprenderse ya que el evento daba para eso. Porque Calle 13 es una banda contracultural y revolucionaria, o al menos eso es lo que hacen creer a su público.

Lo que me tiene sorprendida y de mala manera es que el cambio que tanto se pregonaba en ese concierto, en las elecciones de hoy no se hizo sentir. Entonces me pregunto, ¿de qué les ha servido protestar como leones durante todos estos años si siguen votando como corderos por los mismos badulaques de siempre?, ¿de qué les sirve postear cuanta cosa contra el sistema establecido encuentran por internet si el día en que su voz se puede escuchar (al menos según lo dice la constitución) prefieren hacerse a un lado y no participar?, ¿y por qué siguen creyendo que el voto en blanco es la solución mágica para los problemas del país? Yo no quiero generalizar, pero ese es el pensamiento promedio de la mayoría de los ciudadanos colombianos. Y es triste.

Es decepcionante que el grueso de la población haya votado por un personaje como Óscar Iván Zuluaga. Decepciona pero a la vez no es diferente al resultado esperado, desde que tengo memoria han desfilado por la Casa de Nariño unos petimetres que para qué les digo. Gaviria, elegido a dedo sin el menor criterio por el hijo mayor de Luis Carlos Galán, arrodillándosele a Escobar, paradójicamente el asesino de su padre. Samper y su proceso 8.000. Pastrana, entregándole medio país a las FARC. Uribe, nada más que agregar que su apellido. Y Santos con sus falsos positivos (con los de Uribe, cuando “Juanma” era su ministro de defensa) y buscando votos en cierta iglesia cristiana capitalina cuyo nombre no diré. Dejemos así antes de que me indigeste, más. Porque en este punto debo hacer especial énfasis en uno de estos señores, el más nefasto, el peor de todos. Álvaro Uribe Vélez.  

Debo concentrarme en este personajillo, para el que todo mi repertorio de palabras insultantes no es suficiente, porque es el mentor de quien, si no nos ponemos las pilas, puede llegar a ser el próximo presidente de Colombia. A ver, es que es jodidamente obvio, habría que ser ciego para no darse cuenta de quien manejará los destinos de la nación por debajo de la mesa si Zuluaga llega a subir. Empezando por el nombre y logo del partido político que lo representa. Por favor, se pensaban hacer llamar “Uribe Centro Democrático”, aunque de centro y democrático no es que tuviesen mucho. Y el logo es un derivado de la foto que usó Uribe para su campaña de 2002, así como su eslogan “mano firme, corazón grande”. ¿Y quieren que les recuerde todo lo que pasó en los ocho años de mandato del doctor Uribe? Pues no lo haré, porque es algo que ustedes deberían haberse grabado con fuego.

Me indigna sobremanera vivir en un país en el que la gente no tiene memoria, o la tienen pero para lo que les conviene. “Es que gracias a Uribe pudimos volver a viajar por carretera”. ¡Qué argumento tan pueril! Carajo, ¿de qué les sirve poder viajar por carretera si no tienen ni con qué comer, si les toca casi arrodillarse con fríjoles en las rodillas para que los atiendan en una EPS? ¡Piensen por una maldita vez! Y si no lo entienden, vayan, sálganles con esa perla a las familias de los miles de desaparecidos por causa de los falsos positivos, quienes de seguro están más que agradecidos con que ustedes hayan votado por el señor Zuluaga.

En cuatro años, cuando el muñeco de cera aquel continúe con el legado de su titiritero y siga volviendo nada esta pobre patria, espero con toda el alma que les dé vergüenza a los que votaron por él, y que les dé más vergüenza a los que votaron en blanco pensando que así se generaría un cambio, porque lo único que hicieron fue contribuir a que ganara esta primera vuelta. Y peor aún, que no vuelvan a salir de su casa por temor al escarnio público los que NO votaron. Los he de ver.

Pero, confiando en que las cosas se den y haciendo todo para que sucedan, yo ya no estaré aquí para presenciar semejante espectáculo. Porque en momentos como este, (sí, José Luis, le estoy hablando a usted) me dan ganas de mandar la universidad al carajo y largarme de este país de una buena vez para jamás volver. Porque con resultados como los de hoy, me queda muy claro que no merece la pena regresar a tratar de arreglar esta vaina. ¿Para qué me molesto? Porque como bien lo diría Fernando Vallejo, ¿para qué gastan las bombas nucleares en pruebas en los desiertos? Que las pongan acá, que su epicentro sea la Plaza de Bolívar, a ver si empezando de cero las cosas cambian.

Bienvenidos a Colombia, país cuya única tradición son los errores. ¡PAÍS DE MIERDA!  

Para terminar aquí les dejo un regalito que, si bien no fue hecho pensando en Zuluaga, bastante le cala:


Nota aclaratoria:

Al pensar en Santos se me vienen a la cabeza todas las bestialidades que ha hecho en estos cuatro años, sin embargo, reconozco cosas buenas en su gobierno. Por ejemplo, que haya restablecido relaciones con Venezuela. Y lo más importante, que se le volteó a Uribe. En cambio, al pensar en ese tipo pasan por mi mente ocho años de cagadas monumentales. Ahora, tenga en cuenta que yo no soy partidaria de Santos, pero en este caso debo decantarme por el menor de los males (¡como si hubiese opción!). Así que considero que ahora que Zuluaga y Santos se van a segunda vuelta, hay que votar por este último, no hay nada que hacer al respecto. Simple y sencillamente para que no quede Zuluaga, o más bien, para que el HIJO DE UN CONTAINER LLENO DE PUTAS de URIBE no tenga un tercer mandato, porque eso sería catastrófico para esta pobre nación, por todas las razones que a usted se le puedan ocurrir. Tenga esto en cuenta para las próximas elecciones. No se le olvide NO votar en blanco, y VOTE, por el amor de Jesucristo, ¡VOTE!

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lunes, 28 de abril de 2014

Las cosas que amo.

Hace exactamente un mes destilé veneno puro contándoles qué cosas detesto. Hoy permítanme ponerme en modo cursi y romanticón y contarles qué cosas amo. Ahí les van.


1. El sarcasmo. Los lectores recurrentes de este blog lo han notado un tris.

2. El cine. Y frescos que nunca les voy a salir con que "solo veo cine arte, el cine comercial es una basura". Mientras sea una buena película, me importa un carajo su procedencia.

3. La buena música. La que mi hermano desde que era muy pequeña me enseñó a escuchar, siempre sostengo que gracias a él no caí en las garras del reggaetón.

4. Mis padres. ¿Quién no ama a los suyos, a pesar de sus errores?  

5. Juana y Antonella, mis hijas que ladran y caminan en cuatro patas.

6. Mis bandas favoritas. Rammstein, Muse, Joy Division, Radiohead, Depeche Mode, Garbage, NIN, New Order, Smashing Pumpkins...

7. El rock, en todos sus colores, olores y sabores.

8. Los dulces, sobre todo los Nerds y los Rainbow Sticks. 

9. Mi universidad. Sonará muy ñoño y lambón, pero es el único lugar al que siento que pertenezco.

10. Bogotá. Amo mi ciudad con amor chovinista, y no quisiera vivir en otro lugar, al menos no de este país.

11. Fumar. Aunque debería dejarlo... algún día lo haré.

12. Los Simpsons, pero me niego rotundamente a ver episodios de la temporada 15 para arriba, ¡son muy malos salvo contadas excepciones!

13. Mis amigos. No me voy a poner a nombrarlos uno por uno, ustedes saben quiénes son.

14. Escribir. Nótese.

15. Dr. House. Cómo me dolió que se acabara esa serie.

16. Tomar café, pero no muy caliente.

17. La comida italiana, la pizza, la pasta en todas sus presentaciones, los helados...

18. Hacer lo que me dé la gana. Este se explica por sí solo.

19. El Siguiente Programa. Digamos que me conecta con mi infancia...

20. Leer. Dice mi señora madre que lo hago hasta dormida, tal vez tenga razón.

21. ¡Este cochino blog!


¿Y ustedes qué aman? Cuéntenmelo por acá, por facebook, o por donde quieran.

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viernes, 28 de marzo de 2014

Las cosas que odio.

A propósito de un proyecto que hice el corte pasado para la universidad, en el que se me pedía que hiciese mapas de mí misma y me pareció conveniente realizarlos basada en aspectos claves de mí, este post y el siguiente (que se publicará pronto) son una serie de listas de cosas que odio y que amo. 


Hoy les hablaré, muy por encima, de mis odios, de las cosas que no puedo tolerar. Ahí les va.

1. La hipocresía. Si, ya sé que la diplomacia (que no es otra cosa que la hipocresía vestida de etiqueta) es una habilidad social, pero desafortunada o afortunadamente jamás la pude adquirir. Prefiero que me digan las cosas en la cara, de forma escueta, así duelan.

2. Los estereotipos. Detesto que me encasillen, que me traten de definir con alguna etiqueta, eso me limita.

3. La Mesa. Viví muchos años en ese pueblo, allá hice la secundaria, pero aunque es verdad que en ese tiempo aprendí mucho y conseguí unos cuantos amigos, odio ese lugar y preferiría nunca volver. Luego les cuento de manera más amplia por qué.

4. La navidad. Los lectores regulares de este blog ya conocen las razones. Si no, acá están.

5. La obsesión por tener un cuerpo perfecto, acorde con los cánones de belleza occidentales. Y eso que voy al gimnasio.

6. Las mentiras. A pesar de que todo el mundo miente, hasta yo.

7. La gente idiota. Espero no formar parte del 95% de la humanidad que lo es, y estoy siendo muy generosa, créanme.

8. Producir lástima. Como lo dije en un post anterior, pienso que ese es el peor sentimiento que se puede generar en otro ser humano. Prefiero que me odien, que me desprecien o incluso que me subestimen.

9. La televisión, sobre todo los canales privados nacionales. Tras de que la mayoría de los programas parecen estar producidos para una audiencia cuyo coeficiente intelectual iguala al de Homero Simpson, uno debe aguantarse una tracamanada de comerciales insulsos e infumables. No hay derecho.

10. El ruido. Por ejemplo, el que genera la cantina que queda al frente de mi casa. Cada fin de semana intento descansar y esta gente está poniendo a todo taco excelsas piezas musicales como "El Serrucho". Me dan ganas de tener una escopeta y volarles la tapa de los sesos.

11. Que me den órdenes. Joder, no estamos en el ejército.

12. Madrugar. Y la mayoría de días tengo clase de siete. Qué moral.

13. Los shows en público. Y en privado.

14. Hacer cosas por obligación. 

15. Los stalkers. Como dice María Daniela, ¡pinten un bosque y piérdanse!

16. El vallenato. Lo juro, no me aguanto ese sonsonete.

17. Viajar en buseta. Aquí están las razones.

18. La mayoría de mis ex. Y no es que los odie, es que me fastidian. Sorry.

19. La sociedad.

20. El reggaetón. Ahondaré en este punto en otra ocasión. Por ahora diré que no me gusta que me llamen zorra en sus canciones. ¡Momento! Me gusta Te Quiero Puta, de Rammstein y esa canción no es que sea un halago para ninguna mujer... en fin.

21. Álvaro Uribe Vélez. Este se explica por si solo.

Ya que llegaron hasta acá, comenten a continuación qué cosas odian ustedes. O por facebook, o por donde les dé la gana.

Esperen verme pronto en modo cursi y romanticón con la lista de las cosas que amo.
Hasta entonces.

viernes, 21 de marzo de 2014

Defender la causa.

Recuerdo que alguien cercano a mí hace algunos años me dijo lo siguiente: “X persona pagará tu universidad y pondrá el mundo a tus pies, todo lo que debes hacer es cambiar tu manera de ser”. No se me pedía nada más.

A veces me pongo a pensar qué hubiese pasado si le tomase la palabra a esa persona (o a cualquier otra en algún momento de mi vida) y me hubiese convertido en otra cosa, no sé, tal vez en alguien más dócil, más linda, más femenina quizá, menos problemática, menos incendiaria, con menos videos en mi cabeza, en fin. Y después de meditarlo con calma siempre llego a esta conclusión: tal vez si fuese la persona que el mundo quiere que sea mi vida sería muchísimo menos complicada, salvo por una cosa, no me sentiría feliz, y créanme, alguien como yo valora más la felicidad que el facilismo.

A pesar de que en muchas ocasiones no me siento completamente conforme con quien soy (y hasta mejor porque si lo estuviera me estancaría), no me sentiría feliz siendo alguien más por varias razones. Como lo he dicho en varias ocasiones, creo que uno no puede pasarse la vida tratando de complacer a otros, eso es un servilismo inútil. No hay nada más gratificante que vivir basado en los preceptos propios, en el universo que uno mismo construye leyendo, investigando, experimentando, corriendo el riesgo de vivir.

Por otro lado, si en algún lugar de la historia hubiese cambiado mi forma de ser por congraciarme con alguien más me sentiría todo el tiempo como si estuviese viviendo una vida que no es la mía, una mentira. Sentiría que me estoy traicionando, y que los principios que tanto defendía a la larga no valían nada para mí, pues los habría vendido al mejor postor. Ese es un precio demasiado alto y no pienso pagarlo. No quiero jamás levantarme de mi cama sabiendo que me he convertido en lo que tanto he criticado desde que tengo uso de razón, una caricatura de mí misma, una marioneta. Sería mejor que me cayera un meteorito encima y me aplastara.

Finalmente, a pesar de no tener precisamente una vida apacible y escalonada como la que vende la publicidad y a pesar de unos cuantos errores, siendo como he sido hasta ahora he logrado la mayoría de cosas que me he propuesto, aunque todavía me faltan muchas más. He tenido más de una vez la satisfacción de responderle con argumentos a aquellos cuantos que alguna vez me dijeron “no puedes hacerlo” con un contundente “mírame hacerlo, y aprende”.

Si hay algo que admiro de la condición humana, es su capacidad de lucha. El tener un motivo por el cual levantarse todos los días y dar la pelea, darla con todo lo que se tiene, y si no se tiene, sacarlo de donde no lo hay y seguirlo haciendo. Hay gente que ni siquiera se molesta, tal vez porque les da miedo enfrentarse al mundo, porque su vida ha sido tan sencilla que no tienen esa necesidad, porque otro lucha por ellos o más triste aún, porque no tienen nada que los mueva a luchar. Aspiro nunca ser así.

Por eso, mi propósito en este año es seguir defendiendo mis causas con mucha más fuerza de lo que lo he hecho hasta ahora, porque así para los demás estas no sean relevantes, para mí lo son, y eso al final es lo único que importa. Pero eso sí, trataré de no confundir determinación con desesperación, he de dejar de pelear por causas perdidas. Por cosas que no son para mí, por gente a quien le da igual si estoy o no. Quien quiera estar, que esté, quien no, ya sabe qué hacer.

sábado, 25 de enero de 2014

Guía para asesinar una relación.

Formulemos el siguiente caso hipotético. Usted lleva x tiempo saliendo con alguien, pero está cansado de su relación. Cada vez que esta persona lo/a busca, lo/a llama o se encuentran, para usted es un verdadero calvario. Las razones pueden ser muy diversas, por ejemplo que usted ya tiene su arrocito en bajo por ahí, que sus expectativas de vida no son las mismas de su pareja, o simplemente que la cosa no dio para más. Si este es su caso, en este post le daré algunos consejos bastante útiles para asesinar su relación con total éxito. Si los sigue religiosamente, le aseguro que en menos de un mes volverá con felicidad al “mercado del usado”.


500 Days of Summer.

1. Gente melosa, gente peligrosa.

Cada vez que esté con su pareja, conviértase en la versión chibcha de Barney y Hello Kitty juntos. Háblele chiquito, es decir, como le hablaría a un bebé o a su mascota. Si le es muy difícil, empiece con un apodo “cariñoso”, preferiblemente refiriéndose a algún animal, y siempre con diminutivo. Aquí le tengo unas ideas: “papi/mami”, “reinita”, “príncipito”, “osito/a”, “gatito/a”, “patito/a”, “perrito/a”, “zorrito/a”, etc. 

Dígale que de ahora en adelante van a celebrar meses de novios (awww, que tierno), y la próxima vez que cumplan mesecitos, vaya a la miscelánea más cercana y compre la tarjeta más ñeque que consiga, recuerde que entre más grande sea, mejor (para que la pegue en su cuarto, se le va a ver divino). Si combina esta tarjeta con el muñeco de peluche y el chocolate marca gato está hecho/a. Por favor, consiga el matacho más inmundo que pueda. 

Ahora, complemente esto con imágenes cursis de Facebook que deberá poner en el muro de su novia/o todos los santos días, bien fáciles son de conseguir, y/o con canciones bien perratas, busque en google "canciones de amor" para inspirarse. Acto seguido, añádales poesía barata “de su inspiración” (preferible que se note a leguas que usted no escribió eso).  

Deje la pena de demostrar su amor en la calle. Vuélvase todo un pulpo. Abrácela/o todo el tiempo, bésela/o, tóquele sus partes nobles, y no se sorprenda si en más de una ocasión les gritan: “¡páguele motel!”

Si esto no es suficiente para que su pareja le mande a su casa una serenata en moto, es porque el individuo en cuestión es igual de guiso/a que usted. Rehabilítese.

2. Sea el ser más intenso sobre la faz de la tierra.

Llame a su “peor es nada” cada cinco minutos, y por supuesto para hablar de cosas intrascendentes. Frases como “¿qué haces?”, “te extraño”, o “¿por qué no me has llamado?” le serán de gran ayuda. En sus llamadas póngase en modo meloso o peleón, como sumercé prefiera, ya hablaremos de lo último más adelante. También se vale mandarle mensajes de texto cada veinte segundos y enojarse cuando no le responda a la misma velocidad, o si su economía lo permite, usar Whatsapp para este fin (lo mejor es que hasta más barato le sale).

Exíjale que se vean TODOS los santos días, aun cuando tanto sus actividades como las de su pareja no se lo permitan. Acompáñelo/a a todas partes, a hacer popó, a sacar al perro, hasta a la cita con el psiquiatra, a quien de seguro su pareja a estas alturas habrá empezado a ver. Eso sí, procure que cada vez que se vean hagan lo mismo, siempre, tomar y tirar es una buena opción. Esa mezcla soporífera entre rutina e intensidad mata relaciones a la velocidad del rayo.

Si esto no funciona, entonces su novia/o es una/un intensa/o de lo peor, y seguramente eso es lo que a usted le tiene harto/a.

3. Vuélvase stalker profesional.

Es bien sabido por todos que las redes sociales son caldo de cultivo para los acosadores, pues a través de estas se conocen la vida, obra y milagros de prácticamente todo el mundo. En ese orden de ideas, usted deberá “pedirle respetuosamente” a la cosa esa que le dé las claves de absolutamente todo: Facebook, Twitter, Instagram, Hotmail, todo. Hágale show si se niega, y acto seguido, hackéela/o. Asegúrese de revisar todo el tiempo la vida virtual de su novio/a, y de hacérselo saber. Violentar la privacidad e intimidad de su pareja será su boleto seguro a la soltería, y agradezca si de paso no le mandan de paseo a Sibaté.

4. Oficina de peleas y reclamos.

Todos los anteriores pasos serían débiles sin este que es bastante divertido… de ver, porque vivirlo es un martirio.

Búsquele a su novio/a pelea por todo. Desate una tormenta en un vaso de agua cada vez que pueda. Si ya siguió los pasos anteriores, encontrar un motivo no le será difícil. “No me pones la suficiente atención (tengo una vida, cosa que al parecer usted no tiene)”, “has cambiado mucho” (pues claro, si usted se volvió un fastidio, ¿qué esperaba acaso?), “no te gusta besarme delante de la gente”, “¿dónde están el peluche y la tarjeta que te regalé? (en el basurero de doña Juana)”, “ya no le das like a lo que publico en tu muro (pero a ver, solo me publica estupideces)”, “no te importa nada de lo que te digo, me dejas en visto y nunca me respondes (me mandó el mensaje hace dos minutos, joder)”, en fin.

Célele hasta con la familia. Cuando le vea hablando en la calle con alguien, haga show delante de esa persona (que seguramente se quedará pensando en qué problema mental tiene usted). Cada vez que alguien del sexo opuesto le escriba en Facebook hágale un espectáculo digno de culebrón y diga frases insultantes como “¿quién es esa perra/ese HP?”. Peor aún, escríbales a todas/os las/os amiguitas/os del susodicho que están poniendo en peligro su relación, que apela a su entendimiento para que ellas/os mismas/os decidan no volver a cruzar palabra con él/ella. Eso sí, no se le haga extraño que le manden a tomar Valium.

Haga esto por teléfono, por redes sociales (si es en el muro para que todos lo vean, mejor) y ¡de frente!

Avergüence a su pareja en público. Hay una dinámica para hacerlo que le será muy fácil de ejecutar. Digamos que su novio/a le reclama (con justa razón) por teléfono que usted se haya metido en su correo electrónico sin su permiso. Concrete una cita con él/ella para verse en el lugar más concurrido posible y conversar sobre el asunto. Si le es posible, tómese unos cuantos aguardientes antes, para que se le quite la pena y de paso para que llegue a su cita con un sexy aliento etílico que hará que su pareja se muera por besarle (si, como no). Estando ahí, grite, llore y patalee. Para que la escena le salga más natural, le recomiendo que tome clases con Itatí Cantoral en su famoso papel de Soraya Montenegro, busque en YouTube la escena de “maldita lisiada” y sabrá exactamente lo que tiene que hacer. Si le salen los alaridos igualitos a los de Soraya y su pareja no le manda de una patada en el trasero a Pekín, es porque le tiene lástima, y en ese caso lo lamento por usted, porque la lástima es el peor sentimiento que puede producir un ser humano.

5. Pórtese como una mierda.

Comience por mentir, pero no de una forma sutil. Mienta como si nunca lo hubiese hecho en la vida, para que a su pareja le quede claro que usted le está tomando por imbécil.

Señálele todo el tiempo sus fallos, sean ciertos o no. Pero no lo haga amablemente. Sea lo más hiriente que pueda. Hágale sentir que es menos que una piltrafa todo el tiempo. Para mayor efectividad pásele sus otras conquistas por la cara.

En la cama sea egoísta y desconsiderado/a. Haga de cuenta que no ha visto a alguien del sexo opuesto en veinte años y pídaselo todo el tiempo, hasta en el funeral de su abuelita. Ya cuando estén en la cuestión, si es hombre piense en todos sus encuentros sexuales como si fuesen un quickie; no se ponga en el plan de precalentamiento, métaselo por un ladito, véngase en cinco minutos (o finja) y póngase a roncar. Si es mujer no mueva un solo dedo, deje que todo lo haga su pareja, adopte la posición de "la vaca muerta" y ni se moleste en fingir que lo disfrutó. 

Ignórele. Deje de buscarle, de escribirle y de llamarle. No le conteste el teléfono, o si le contesta, dígale que está muy ocupado/a y que le llamará más tarde, pero nunca lo haga. Cada vez que le escriba por Facebook déjele en visto y no le responda (o vea el mensaje pero márquelo como no leído). Si se encuentran en algún lugar por casualidad, aduzca que tiene muchas cosas que hacer y no prolongue el encuentro más de 10 minutos.

Si después de un tiempo el tipo/la vieja no entiende el mensaje, es porque tiene un severo problema de autoestima. Entonces aconséjele de una manera sutil que consulte con un psicólogo y regálele una pastilla de Ubicatex que le saque del país de las maravillas en el que anda. Más claro que el agua no puede ser.

Conclusión y aclaración:

Si después de haber hecho todo lo anterior esa pobre persona no capta que lo que usted busca es aburrirle a como dé lugar, haga lo que debió haber hecho desde el principio. Tenga las pelotas/los ovarios bien puestos en su sitio y háblele claro, dígale EN SU CARA, jamás por teléfono y menos por redes sociales o correo electrónico, que no quiere seguir manteniendo esa relación. Tenga muy claro qué es lo que quiere, porque es muy probable que cuando le extrañe y quiera volver, el otro no quiera saber nada de usted. Cítele en un sitio discreto y exponga de manera concisa sus razones para terminar el vínculo, y espere su reacción, pero sea muy incisivo/a en decirle que no quiere continuar a su lado, no vaya a ser que le coja por el lado débil y le haga tambalear. Por favor, NO siga mis anteriores consejos, no haga a otros lo que no le gustaría que le hicieran, no le haga perder su tiempo ni le amargue la vida pendejamente a alguien que tal vez ni tiene la culpa de que usted ya no le quiera.

Ahora, si lo que quiere es conservar su relación, ¡no siga ninguno de mis consejos y asunto arreglado!

Ya que leyeron este chorrero, coméntenme sus experiencias respecto a esto. Si se me quedó alguna cosa sin mencionar, háganmelo saber por este medio, o por donde se les dé la gana.

facebook.com/RadioMiseria

martes, 7 de enero de 2014

Au revoir, 2013.


Antes de hablarles de psycho freaks, gente imbécil, música, política, economía, filosofía barata y demás cosas que se me van ocurriendo en el momento, quisiera que me acompañaran a hacer el recuento del año que pasó. No encontrarán acá las noticias más significativas del 2013, para eso vayan a algún portal importante de noticias, pues de seguro han de conocer muchos. Lo que si encontrarán es, en exclusiva, anécdotas y cosas que le ocurrieron mes a mes a alguien normal en este año, alguien como cualquiera de ustedes, sin ínfulas de Kim Kardashian (ewww!).

Enero

Fue un comienzo difícil, pues a finales de este mes y en menos de una semana perdí muchas cosas que me eran valiosas. Renuncié a mi trabajo porque supuestamente iba a comenzar la universidad, pero no pude estudiar por falta de dinero, como quien dice me quedé sin el pan y sin el queso. A raíz de esto, se tensionaron un poco las relaciones con mi familia. Como si esto fuera poco, mi novio de la época me echó, y fue tenaz aunque eso ya era la crónica de una muerte anunciada. A todas estas, ya puedo decir sin temor a equivocarme que ya llevo un año sin novio, y todavía no ando desesperada en busca de uno, cosa que es rara en mí, pero me gusta. Y tras del hecho, me robaron el celular de la forma más pendeja posible, ¿así o más salada?

Febrero

Al ver el panorama tan negro, decidí auto exiliarme y pasar una temporada en Venezuela visitando a mi gran amiga, a quien llamaremos La Negra. Monté en avión, y después de 24 largos años por fin conocí el mar. Es curioso, no conozco el mar de Colombia, pero si el de la "hermana república bolivariana". Y me tiré el paseo porque me enfermé, joder. Pero a pesar de ello, la pasé del carajo en ese mes, aprendí mucho sobre carros (no sabía un carajo) y aterricé en muchas cosas importantes que al estar aquí no valoraba tanto: mi mamá y mis hijas. Además, me pateé en vivo y en directo la muerte de Chávez, y me di cuenta por enésima vez cuan parcializados son los medios colombianos, pues la situación en el vecino país no es para nada como nos la cuentan acá, al menos no como la viví estando allá. Lo único maluco fue que en Cúcuta de regreso me robaron mi cámara profesional. 

Marzo

De vuelta a la realidad. Pensaba quedarme en Venezuela hasta inicios de abril, pero una situación en mi casa me obligó a regresar antes. Una de las desventajas de ser mayor de edad en el momento que ya no sirve para nada, es tener que hacer cosas que uno no quisiera hacer, por ejemplo, firmar las escrituras de la venta de la casa donde uno pasó los mejores años de su vida al lado de sus padres. Es decirle adiós definitivamente a todos los recuerdos, mandar al diablo seis años de tu vida, quedarte solo con fotografías y memorias... 

Abril

Happy Birthday to me! Este mes estuvo marcado por la llegada a mi vida de alguien del pasado y su pronta despedida. Además porque quitamos la alfombra horrible del apartamento y pusimos piso bonito.

Mayo

En este mes me confirmarían que volvería a estudiar, cosa que cambió totalmente el panorama. A ponerme juiciosa a hacer las vueltas para volver a la universidad.

Junio

Aquí mi mamá junto con una amiga suya se puso las pilas y puso en marcha su negocio. Como yo andaba desprogramada, me iba a ayudarles y de paso trabajaba en mis propios proyectos, de los cuales luego les contaré.

Julio

Llegó La Negra de Venezuela y nos pusimos de ruana Girardot y Bogotá. Nos pasaron un montón de cosas, pero lo que sucede acá, acá se queda. De resto, me la pasé descansando y recargando baterías para volver a la U.

Agosto/Octubre

Back to school! Agrupo estos meses en un solo párrafo porque prácticamente fueron la misma cosa desde que entré a estudiar: de la casa a la universidad y de la universidad a la casa. Adiós dormir hasta tarde, adiós vida social, adiós fines de semana de pereza... A meterle la ficha a las entregas y al terminar a las 3 am (porque siempre dejo todo para última hora, debo reconocerlo) seguir derecho para llegar a clase de 7. Y en ese corre corre estuve todo el tiempo. Ahora, si me di mis periodos de "esparcimiento", especialmente en Halloween cuando me disfracé del Chómpiras y de Daria. Las fotos mejor las dejamos para otra ocasión.

Noviembre

Nació mi sobrina Elizabeth, la hija de mi mejor amiga. Y terminé la universidad con uno de los mejores promedios que he tenido en mi carrera. No voy a negar que estuve muchas veces a punto de tirar la toalla, pero al final comprendí que esos esfuerzos extras que a veces de ñoñez se hacen bien valen la pena. Gracias a mi promedio me aprobaron la solicitud de doble programa, así que ahora soy aspirante a maestra en artes plásticas e historiadora del arte. Disculparán la cursilería, pero es bonito ver como los sueños que uno creía perdidos regresan. 

Diciembre

Seguí como todos los años vomitándome en la navidad. Y no viajé.

Querido 2014: te recomiendo especialmente que si vas a seguir mandándome mierda, que al menos esta huela de mejor manera y sepa mejor que la del año pasado. Yo veré.



No quería despedir el año sin antes agradecerle a todos los que siguen religiosamente este blog, a pesar de mi falta de constancia al escribir. Prometo que lo haré más seguido en 2014 y tendrán muchos posts para que sigan regurgitando, hasta de pronto les cuente con más detalle algunos puntos que toco por encima en este post. 

Ahora si, au revoir, 2013!

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